INTERVENCIONES

Las intervenciones que desarrollo parten de una perspectiva integradora, en la que se utiliza tanto la terapia cognitivo-conductual, como modelos que dan relevancia a aspectos emocionales, vinculaciones afectivas, estrategias y relaciones sociales, historia de vida y experiencias vitales significativas. De este modo, se lleva a cabo un abordaje completo de las necesidades evaluadas, siendo la propia persona, con el apoyo profesional aportado, la que realice los cambios oportunos para el afrontamiento de la problemática tratada. Las diferentes técnicas y estrategias empleadas permitirán la toma de conciencia personal de necesidades y la adquisición de herramientas efectivas, ante las dificultades presentadas, asociadas a determinadas conductas, pensamientos y emociones. Tanto la psicología, como la psicoterapia implican un crecimiento personal, que todos necesitamos desarrollar en determinados momentos vitales, independientemente del tipo de sintomatología manifestada o de la presencia o no de un trastorno clínico. Suponen la obtención de recursos personales y sociales que influyen positivamente en la capacidad de resiliencia personal, hacia un amplio rango de situaciones, de distinta complejidad que podrán experimentarse a lo largo de la vida.
  • Trastornos emocionales: depresión, distimia, bipolaridad
  • Trastornos de ansiedad: crisis de pánico, ansiedad generalizada, fobias…
  • Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
  • Trastornos de personalidad 
  • Trastornos del Espectro Autista  
  • Evaluación psicopedagógica
  • Problemas de conducta en la infancia y adolescencia
  • Dificultades de aprendizaje y rendimiento académico
  • Trastornos del sueño
  • Trastornos relativos
    al control de esfínteres
  • Autoestima  
  • Habilidades sociales y emocionales  
  • Toma de decisiones
  • Rupturas de pareja
  • Relaciones
    conflictivas o tóxicas
  • Duelos
  • TDAH
  • Dislexia, disgrafía y disortografía
  • Discalculia
  • Diversidad intelectual
  • Altas capacidades

tdah

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los más frecuentes en la población infantil y cobra especial relevancia por sus consecuencias en el desarrollo del niño, influyendo en su evolución socio-emocional, cognitiva y rendimiento académico, afectando de forma negativa a su adaptación en los dos contextos fundamentales en la vida del niño: el familiar y el escolar. De origen neurobiológico y multifactorial, abarca hasta un 50% de las consultas en psiquiatría infantil y su prevalencia se ha estimado entre un 2 a 12% de la población pediátrica (Revista de Neuro-Psiquiatría, 2020). Sus síntomas principales son inatención, hiperactividad e impulsividad. Se encuentran afectadas, entre otras, las funciones ejecutivas, implicando significativas dificultades para responder a determinados estímulos, planificar y organizar acciones, reflexionar sobre posibles consecuencias e inhibir una respuesta automática inicial, a fin de sustituirla por una más apropiada. La memoria de trabajo también se encuentra afectada. Según el DSM-V se define como un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo y se caracteriza por aspectos entre los que cabe destacar la dificultad para realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido o para seguir instrucciones, la frecuencia con la que interrumpe, se levanta (en situaciones en las que se espera que permanezca sentado) o actúa como si “lo impulsara un motor”. En la consulta de psicología de Irene Delgado se realiza un diagnóstico diferencial, considerando también la comorbilidad de este trastorno con otras dificultades asociadas, como las de aprendizaje y conducta, pretendiendo abordarlo de forma completa. Para ello, se interviene no sólo con el niño, sino con su familia y profesores. Se facilitan los resultados de la evaluación al centro educativo, así como las pautas de actuación más relevantes, de forma que tanto profesionales como progenitores puedan seguir la misma línea en su tratamiento. Asimismo, se considerará la perspectiva neuropediátrica en la valoración e intervención realizadas, teniendo en cuenta que en los casos en los que se recomiende medicación, el tratamiento farmacológico, sin terapia psicológica, presenta limitaciones importantes.  El tratamiento psicosocial ofrecido en la consulta de Irene Delgado supone una alternativa o un complemento primordial a la medicación. Se desarrollarán los tratamientos que se han considerado más eficaces, atendiendo a la evidencia empírica, como son el entrenamiento conductual a padres y la acción coordinada en el entorno escolar, partiendo de técnicas cognitivo-conductuales y asesoramiento a los docentes. Con esta finalidad se elaborará un informe psicopedagógico, que incluirá información detallada sobre la evaluación y orientación sobre las medidas a aplicar en el centro escolar, asesorando para el registro en el censo de necesidades educativas, si fuese necesario. Asimismo, se llevará a cabo una intervención individualizada con el niño, en la que se enfatizarán el desarrollo de estrategias emocionales y sociales, además de las cognitivo conductuales, que doten al niño de herramientas eficaces en su entorno y favorezcan una interacción positiva en el mismo.  

PROBLEMAS DE CONDUCTA EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Los problemas de conducta en la infancia y en la adolescencia suponen uno de los principales motivos por los que se toma la decisión de acudir a consulta. Se trata de una categoría genérica, que puede explicarse por múltiples factores muy diferentes entre sí y no siempre relacionados con la presencia de un trastorno, de hecho, en muchos casos la conducta disruptiva es solo la parte observable o la consecuencia de una problemática situada a un nivel más profundo, “la punta del iceberg” estableciendo una comparativa visual. Atendiendo a esta descripción, en la consulta de Irene Delgado se trabaja partiendo de un minucioso análisis funcional de la conducta problema (cuándo y cómo tiene lugar, antecedentes y consecuencias de la misma), pero también de la valoración de causas más profundas o no tan fácilmente observables, tales como la historia personal y familiar, experiencias significativas vividas en el pasado, vínculos afectivos desarrollados y modo de comunicación adoptado por la persona con su entorno, ya que la conducta disruptiva también puede ser una forma inadecuada de expresión ante la falta de habilidades de la persona, o las dificultades que encuentra en su entorno para comunicarse de otro modo. El estilo educativo de los progenitores respecto al niño y adolescente, también se abordará, pues además de la comunicación ya mencionada, el establecimiento de normas y límites y el afecto recibido, se relacionan directamente con el modo de comportarse y las acciones manifestadas.  Este análisis detallado, nos permitirá desarrollar un tratamiento no sólo desde la perspectiva conductual, sino también cognitiva y emocional, fomentando habilidades en la persona y su entorno, que se ajusten a las necesidades detectadas en cada caso, con la finalidad de mejorar su autocontrol y autoestima. En relación a los problemas de conducta, merecen especial atención los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) por su incidencia en la población adolescente, debido a factores sociales (importancia concedida a la imagen actualmente en redes sociales, publicidad y televisión), personales (relativos a la personalidad, apegos y experiencias vividas) y familiares (dificultades de interacción, comunicación…). Desde la consulta de Irene Delgado se ofrece un modelo integrado de diversas técnicas que, desde una perspectiva multidisciplinar, resulta básico en el tratamiento de este trastorno, colaborando con profesionales especializados en TCA desde el ámbito de la endocrinología, pediatría y psiquiatría. Se trabajará también en coordinación con las familias, puesto que su participación en la terapia resulta indispensable, para una intervención eficaz en esta problemática en menores.

TRASTORNOS DE ANSIEDAD

La ansiedad puede definirse como la excesiva preocupación, considerable malestar, intenso temor, molestias fisiológicas y evitación. A diferencia de la emoción natural de miedo, puede no resultar adaptativa, cuando implica una respuesta afectiva excesiva y disfuncional ante un estímulo determinado, que se considera, de forma subjetiva, como potencialmente peligroso. Se acompaña de una reacción fisiológica o somática significativa, caracterizada por la activación crónica del Sistema Nervioso Central, preparando al organismo para enfrentar el supuesto peligro. La situación se vive como incontrolable, evaluando probablemente como negativa, las capacidades para hacer frente a la amenaza percibida. La ansiedad comprende una serie de problemas diversos y trastornos diferenciados, como son la ansiedad generalizada, fobias, crisis de pánico, agorafobia o el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Los trastornos de ansiedad, en sus distintas formas, suponen una de las dolencias más frecuentas de nuestra sociedad, siendo uno de los motivos de consulta más comunes, no sólo en las consultas de psicología, sino de atención primaria de cualquier centro médico. En la consulta de Irene Delgado se llevan a cabo tratamientos adaptados a las necesidades personales, basados en un modelo integrado asociado a la terapia cognitivo-conductual y al desarrollo de estrategias emocionales, que consideran la historia vital de la persona y de sus relaciones o vínculos; así como su dimensión social, favoreciendo respuestas más adaptativas que faciliten la funcionalidad del individuo en sus principales contextos: familiar y laboral. Las técnicas aplicadas implican el refuerzo de habilidades de afrontamiento, resolución de problemas y toma de decisiones, desarrollo de hábitos y rutinas diarias más adaptativas en función de las demandas a las que esté expuesto el individuo, reestructuración cognitiva de pensamientos negativos y de la situación percibida como amenazante. Se trabajarán también técnicas de relajación y de exposición controlada a las situaciones temidas.

DEPRESIÓN

La depresión se asocia a un estado de ánimo relacionado con la tristeza, infelicidad, melancolía, pesimismo, sentirse desdichado o hundido. Esta sintomatología puede aparecer en distintos momentos de la vida, sin implicar necesariamente un cuadro depresivo, como parte de la reacción ante experiencias negativas, siendo entonces síntomas transitorios o formando parte de algún otro trastorno. En el caso en el que la sintomatología se prolongue en el tiempo y tengo un efecto incapacitante significativo en áreas importantes de la vida de la persona (laboral, familiar o social), podría considerarse la presencia de un trastorno depresivo. Algunos de los síntomas más destacados, además del estado de ánimo, son los siguientes: pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o inutilidad, falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Es destacable el sesgo negativo respecto a los sucesos ocurridos y la sensación de falta de control de la propia vida. En el peor de los casos la depresión puede conllevar al suicidio, el cual es una de las causas de muerte más frecuentes, en el grupo de edad de 15 a 29 años, de ahí la importancia de su consideración, para la detección e intervención temprana Actualmente, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, siendo una de las enfermedades mentales más frecuentes. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúan a España en el cuarto país de Europa con más casos. La psicoterapia ha sido validada como un tratamiento eficaz para la depresión; sin embargo, según las OMS, más de la mitad de los afectados en todo el mundo no recibe tratamiento o, en su caso, son tratados únicamente con medicación.  La medicación antidepresiva resulta insuficiente para abordar todos los aspectos que pueden verse afectados en la depresión: rutinas y estilo de vida, autoestima, identidad personal, habilidades sociales y emocionales, pensamientos automáticos, etc. En contraposición, la terapia psicológica analiza en profundidad las causas que han podido desencadenar la depresión, lo cual favorece una mayor efectividad del tratamiento desarrollado. El trastorno depresivo tiene un origen multifactorial, por lo que necesita un abordaje profesional, que pueda dar respuesta a su complejidad. Se han señalado distintos factores, entre los que cabe mencionar los conductuales, cognitivos (modelos de pensamiento que incluyen una visión negativa de sí mismo, el mundo y el futuro; estilo atribucional; locus de control, destacando el concepto de “indefensión aprendida”), motivacionales, socio-ambientales y biológicos (incluyen modelos genéticos y neuroendocrinos). El tratamiento desarrollado en la consulta de Irene Delgado se basa en una evaluación exhaustiva del tipo de sintomatología desarrollada, contexto y necesidades personales y sociales, causas y factores implicados, historia pasada, vínculos de apego y habilidades sociales y de afrontamiento emocional. Esta valoración aportará las claves para desarrollar una terapia adaptada a cada persona en la que nos centraremos en la recuperación de la calidad de vida perdida, de modo que el individuo pueda desarrollarse personalmente e incorporarse funcionalmente a su entorno laboral, social y familiar. El modelo integrador de terapia desarrollado se centra en el desarrollo de estrategias diversas, asociadas a todos los aspectos evaluados y partiendo de las técnicas cognitivo-conductuales que se han mostrado empíricamente eficaces en el tratamiento de la depresión, tales como la reestructuración cognitiva, programación conductual, entrenamiento en habilidades o solución de problemas. En los casos en los que se requiera un tratamiento multidisciplinar, la psicoterapia se llevará a cabo de forma coordinada con profesionales médicos, o aquellos que estén implicados en la evolución terapéutica.

DISLEXIA

La dislexia, disgrafía y disortografía se consideran dificultades específicas en el aprendizaje de la lecto-escritura, la comprensión lectora también suele estar afectada y son numerosos los casos detectados en el ámbito escolar. Se trata de dificultades de origen neurobiológico, con un fuerte componente hereditario. Se estima que un 15% de la población en edad escolar podría presentar estas dificultades y el mayor problema es que la gran mayoría no lo sabe, lo que hace necesario un adecuado proceso de detección, evaluación y por supuesto, tratamiento. Se da en niños que no presentan ningún problema físico, psíquico ni sociocultural. Es decir, para diagnosticar estas dificultades de lecto-escritura, tiene que haberse descartado la presencia de problemas relativos a una baja capacidad intelectual o a una enseñanza deficitaria; así como, trastornos del lenguaje oral. Su carácter es persistente, lo que implica que la persona disléxica o con alguna de estas dificultades, lo es para toda la vida. No obstante, son los niños los más afectados, mostrando más problemas para compensar sus dificultades ya que en la adultez y con la adecuada intervención, la persona desarrolla estrategias que le ayudan a superar las limitaciones que conlleva. En la consulta de Irene Delgado se ofrece una detección precoz, la cual mejora el pronóstico y la evolución de esta de problemática. Cuando estas dificultades no están diagnosticadas, la autoestima y el rendimiento académico se afectan, existiendo el riesgo de terminar en fracaso escolar; pueden ser fácilmente vistos como niños que no muestran el suficiente interés o atención. Se realizará en primer lugar una evaluación completa, mediante pruebas validadas, en la que se analicen todos los componentes relevantes de la lectoescritura, de forma que puedan determinarse el alcance de las limitaciones. Al mismo tiempo, se evalúan otras posibles dificultades asociadas, permitiendo establecer un diagnóstico diferencial. Posteriormente, se elabora un informe psicopedagógico, de utilidad para que el registro (censo) de estas dificultades por parte del centro escolar, lo que facilitará el diseño y la aplicación de medidas de intervención en el colegio. La psicóloga Irene Delgado se coordinará con el centro educativo, para facilitar el desarrollo de estas medidas y trabajar en la misma línea, del mismo modo que ofrecerá a sus padres los recursos necesarios, para colaborar en el trabajo realizado con su hijo o hija. La dislexia puede clasificarse, de forma general, en las siguientes categorías: dislexia visual, fonológica o mixta. Se trata de una clasificación general, pero es importante tener en cuenta que cada caso es distinto (no todas las personas con estas dificultades presentan los mismos problemas, ni en el mismo grado), lo que hace más compleja su valoración e implica una evaluación en profundidad de las características concretas, permitiendo, este análisis individualizado, diseñar una propuesta de intervención eficaz. Algunos de los aspectos que pueden verse afectados en la dislexia son los siguientes: el procesamiento y la conciencia fonológica, que le lleva a una inadecuada correspondencia fonema-grafema, alterando las palabras (unirlas o separarlas incorrectamente y cambiar unas letras por otras); la concentración y velocidad en tareas académicas (presentan fatiga, debido a que hacen un esfuerzo mayor); comprensión y velocidad lectora; motivación hacia el aprendizaje, asociado frecuentemente a información escrita; memoria de trabajo; psicomotricidad; competencia lingüística general; pronunciación de palabras desconocidas… Ejemplos de errores concretos son la inversión en el orden de letras o sílabas, la confusión entre letras parecidas (como p/q), omisiones como “vetana” en vez de “ventana” y adiciones. El tratamiento realizado va enfocado a mejorar la exactitud (conversión grafema-fonema), velocidad en la lecto-escritura; así como, la comprensión lectora y expresión escrita. Se utilizan estrategias diversas, que inciden principalmente en el aumento de la conciencia fonológica, asociada al conocimiento de letras y práctica de la lectura. Asimismo, se llevan a cabo programas que pretenden desarrollar el esquema corporal, la orientación espacial, discriminación visual y auditiva, estructuración temporal y rítmica, memoria auditiva, visual y motora. Se utilizarán métodos multisensoriales que implican la integración de las modalidades visual, auditiva, táctil y quinestésica. Los problemas emocionales asociados a estas dificultades se trabajarán durante todo el tratamiento. En el aula será fundamental trabajar con una metodología flexible, que refuerce el uso de material visual asociado al texto escrito y que contemple otras vías de acceso y tratamiento de la información, con medios audio-visuales. Por otra parte, estrategias sencillas como dar más tiempo en un examen, asegurarse de que el alumno ha comprendido bien las preguntas y tareas, permitir en ocasiones las respuestas orales (y no sólo escritas) o agrupar contenidos clave, pueden favorecer un adecuado rendimiento académico. Estas dificultades lecto-escritoras no tienen por qué limitar el desarrollo académico, hay muchas personas con carreras de éxito que tienen dislexia. La clave reside en un adecuado diagnóstico e intervención temprana.

LA EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA

La evaluación psicopedagógica tiene como finalidad la detección de las necesidades educativas del alumno, de modo que una vez identificadas, puedan tomarse las decisiones más adecuadas (sobre la propuesta curricular y tipo de ayudas) para dar respuesta a las mismas. Se analiza la información relevante sobre los distintos elementos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, teniendo en cuenta los desajustes que pueden presentarse en el desarrollo personal y/o académico del alumno. Una adecuada evaluación a tiempo, puede evitar problemas académicos, emocionales y familiares, que conlleven problemas de autoestima y fracaso escolar. La psicóloga Irene Delgado cuenta con más de diez años de experiencia en el ámbito educativo, que se mantienen hasta la actualidad, realizando funciones relativas a la orientación escolar y pedagogía terapéutica, en un centro educativo en Málaga, con unos 1800 alumnos aproximadamente. En su consulta se lleva a cabo una evaluación completa, con pruebas validadas empíricamente, emitiendo un informe final con los resultados, conclusiones y orientaciones para la intervención, siempre en coordinación con los principales agentes educativos del niño: profesorado y familia. Se valorarán factores de influencia en el proceso de aprendizaje, como son los siguientes: niveles en las distintas áreas de desarrollo (afectivo, social, cognitivo, lingüístico, físico y motricidad), aptitudes intelectuales, funciones ejecutivas y neuropsicológicas (destacando la atención), lecto-escritura, comportamiento y habilidades sociales, autonomía, relaciones familiares y apegos, contexto social, estilo de aprendizaje, motivaciones, características emocionales, competencia curricular y creatividad. También se tienen en cuenta, en la evaluación y en coordinación con el profesorado, factores escolares como el comportamiento del niño en clase y los niveles curriculares establecidos en el centro. Para esta valoración psicopedagógica, se utilizarán técnicas como la observación, pruebas estandarizadas y entrevistas con los principales agentes educativos. Las necesidades que se determinan con la evaluación pueden asociarse a aspectos muy diversos, como los siguientes: trastornos del desarrollo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, discapacidad (sensorial, física o psiquíca), dificultades de aprendizaje como la dislexia, retraso en el lenguaje o altas capacidades. En ocasiones, una misma persona puede presentar distintas necesidades educativas, por lo que es indispensable un diagnóstico diferencial, que identifique la necesidad principal y aquellas que puedan estar relacionadas con la misma. Una vez que las necesidades se han determinado, se aportan en el informe psicopedagógico realizado, todos los datos requeridos, para que en el centro escolar puedan censar o registrar estas condiciones. En el informe psicopedagógico se incluyen las pruebas y técnicas usadas en la evaluación, todos los resultados derivados, el diagnóstico clínico y educativo de necesidades, la propuesta de intervención y conclusiones. En el ámbito clínico, se diseñará un programa concreto de intervención, que dé respuesta a las necesidades encontradas y ayude a solventarlas, permitiendo iniciar directamente el tratamiento descrito, en la consulta de Irene Delgado. Respecto a la propuesta de medidas en el ámbito educativo, se incluirán pautas específicas para profesorado y familiares, que contribuyan a la optimización del desarrollo del niño, en coordinación con el trabajo realizado en la clínica. En el centro escolar, se facilitará la labor de los profesionales, indicando una propuesta de las medidas que podrían considerarse más adecuadas aplicar, entre las medidas de atención a la diversidad que oferta el sistema educativo. Ejemplos de estas medidas son la modificación de aspectos metodológicos (de modo que la forma en la que se enseña, se adapta a las necesidades individuales), las adaptaciones curriculares de distinta significación (en función de los elementos curriculares que modifiquen y desfase curricular del alumno), los programas específicos diseñados para el tratamiento de las dificultades asociadas a las necesidades o la intervención de profesorado especialista como el de pedagogía terapéutica.

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iRENE DELGADO